Cofradía del Santísimo Cristo del Refugio

La Cofradía del Santísimo Cristo del Refugio representa una de las manifestaciones más conmovedoras y singulares de la Semana Santa de Murcia. Conocida popularmente como la Procesión del Silencio, esta hermandad fundada en 1942 introdujo un concepto procesional revolucionario en la capital del Segura, basado en el riguroso silencio, el profundo recogimiento espiritual y la austeridad ceremonial. Su cortejo del Jueves Santo, que transcurre con las calles en completa oscuridad y los cofrades bajo estricto voto de silencio, constituye uno de los momentos de mayor intensidad emocional y fervor religioso de cuantos se viven durante la Pasión murciana.

Nazareno penitente de la Cofradía del Cristo del Refugio de Murcia
Nazareno penitente de la Cofradía del Cristo del Refugio (Murcia). Foto: Gregorico, Wikimedia Commons (GFDL y CC BY-SA 3.0).

Contenido

Orígenes excepcionales:

La historia de esta cofradía nace directamente de las dramáticas circunstancias vividas durante la Guerra Civil española. La Iglesia de San Lorenzo, situada en pleno centro histórico de Murcia, fue convertida en refugio para acoger a un gran número de personas procedentes de la zona de Andalucía oriental, especialmente tras la desbandada de Málaga. En aquel convulso período, el templo cumplió una función esencial como lugar de acogida para quienes huían de los horrores del conflicto.

Una noche, durante aquel tiempo de penuria y temor, estalló una terrible tormenta que aterrorizó a las personas refugiadas en el interior de la iglesia. En medio del pánico y la desesperación, aquellos desgraciados acudieron a implorar la protección de un Cristo crucificado de gran tamaño que se hallaba olvidado de todos en la sacristía del templo. La imagen, abandonada y cubierta de polvo, se convirtió aquella noche en el único consuelo espiritual de aquellas almas aterradas.

Aquel suceso conmovedor fue observado por algunos vecinos de la parroquia que, finalizada la contienda y conscientes del significado profundo de lo acontecido, decidieron fundar una Cofradía bajo la advocación de aquel Cristo impresionante, al que denominaron del Refugio en memoria del destino que había cumplido el templo durante aquellos años de tribulación. La iniciativa para su fundación partió de un grupo de feligreses de la parroquia de San Lorenzo, animados y respaldados por el obispo de Cartagena Miguel de los Santos Díaz y Gómara.

El 15 de noviembre de 1942 quedó constituida formalmente la Cofradía del Santísimo Cristo del Refugio, designándose como primer Hermano Mayor a Don Ramón Sánchez Parra, acompañado en la dirección por Enrique Ayuso y Jesús López Pujol. Desde sus orígenes, los estatutos establecieron que las admisiones de nuevos miembros se efectuarían con el mayor rigor, no permitiéndose el ingreso sino a personas de notoria piedad y moralidad intachable, configurando así una hermandad de carácter esencialmente penitencial.

La primera procesión del silencio

El Jueves Santo de 1943, a las doce de la noche, desfiló por primera vez por las calles de Murcia la Procesión del Silencio, presidida por sus fundadores y por aquel Cristo que había sido testigo mudo del sufrimiento humano durante la guerra. Esta primera salida procesional marcó un antes y un después en la Semana Santa murciana, introduciendo un estilo completamente novedoso que rompía con la tradición barroca, colorista y festiva que hasta entonces había caracterizado las procesiones de la ciudad.

El nuevo concepto procesional se basaba en tres pilares fundamentales: el riguroso silencio, la oscuridad de las calles y la austeridad ceremonial. Frente a las procesiones tradicionales murcianas, repletas de color, música de tambores, reparto de obsequios e indumentarias huertanas, la Procesión del Silencio proponía una vivencia de la Pasión basada en el recogimiento interior, la penitencia austera y la contemplación del sufrimiento de Cristo en la más absoluta sobriedad.

La Cofradía del Refugio se convirtió así en la decana y pionera del estilo de silencio en la Semana Santa de Murcia, sirviendo de inspiración para otras hermandades que posteriormente adoptarían este modelo procesional, como el Rescate, la Salud, el Yacente o la Fe, cada una con sus propias variantes y matices.

Durante su primera etapa, entre 1943 y 1958, la procesión salía a las doce de la noche de la madrugada del Viernes Santo, creando una atmósfera de misterio y recogimiento aún más intensa. En 1958, por razones prácticas y para facilitar la participación de los fieles, el horario se adelantó a las 22:00 horas del Jueves Santo, modificándose también el itinerario al actual. Este cambio, aunque supuso una transformación en el carácter nocturno original, mantuvo intacta la esencia del silencio y el recogimiento que definen a esta cofradía.

Iglesia de San Lorenzo

La Iglesia Parroquial de San Lorenzo Mártir, ubicada en la plaza Cristo del Refugio en pleno centro histórico de Murcia, constituye la sede canónica de esta cofradía. Este templo, de gran valor arquitectónico e histórico, fue testigo de los dramáticos acontecimientos de la Guerra Civil y del nacimiento de esta hermandad penitencial.

Vestimenta solemne

La indumentaria de los cofrades del Refugio refleja perfectamente el espíritu de austeridad, luto y recogimiento que caracteriza a esta hermandad. A diferencia de las vistosas túnicas coloridas de otras cofradías murcianas, los nazarenos del Cristo del Refugio visten con sobriedad y solemnidad.

La túnica de raso negro constituye el elemento principal del hábito, simbolizando el luto por la muerte de Cristo y la penitencia del cofrade. El capuz de color morado en la parte delantera cubre completamente el rostro del nazareno, representando la humildad y el anonimato propio de la penitencia. El color morado, tradicional de la Pasión y de la Cuaresma, añade un componente litúrgico al atuendo.

Los cofrades portan en el pecho el escudo de la cofradía en forma de escapulario metálico, elemento identificativo que distingue a los miembros de la hermandad. El cíngulo morado ciñe la túnica a la cintura, y los guantes morados completan el atavío de las manos. Como calzado, todos los nazarenos utilizan sandalias, en contraste con las esparteñas huertanas de otras cofradías tradicionales.

Un aspecto fundamental que diferencia a esta cofradía es que todos los nazarenos visten exactamente la misma túnica, sin distinción alguna entre penitentes, portapasos, anderos o mayordomos. Esta igualdad en la indumentaria refleja el concepto de hermandad y la idea de que ante Cristo todos los hombres son iguales, sin distinciones de rango o jerarquía visible.

El voto de silencio

El elemento más distintivo y extraordinario de esta cofradía es su riguroso voto de silencio, que va mucho más allá del mero mutismo durante la procesión. El compromiso de los cofrades con el silencio constituye una disciplina espiritual que se extiende desde el momento mismo en que el nazareno se viste en su domicilio hasta que regresa a su casa tras la procesión y se despoja del hábito.

En el mismo instante en que el cofrade se coloca el escapulario y el capuz en su hogar, comienza el voto de silencio que deberá mantener inviolable durante todo el trayecto hacia la iglesia, durante la formación del cortejo, a lo largo de todo el recorrido procesional y en el regreso posterior a su domicilio. Este compromiso radical convierte la participación en la procesión en un verdadero ejercicio de interiorización y recogimiento espiritual.

Durante el tiempo que dura el voto, los cofrades no pueden pronunciar palabra alguna bajo ningún concepto, debiendo comunicarse entre ellos exclusivamente mediante gestos si fuera absolutamente necesario. Este silencio se mantiene incluso cuando los nazarenos se encuentran caminando por las calles hacia o desde la iglesia, antes y después de la procesión propiamente dicha.

La hermandad mantiene entre todos sus miembros una contraseña en alto secreto; solo los conocedores de dicha contraseña pueden acceder a la iglesia y tomar parte en la procesión. Esta medida, que añade un elemento casi místico a la cofradía, garantiza que únicamente los miembros debidamente comprometidos con la disciplina del silencio participen en el cortejo.

El misterioso Cristo del siglo XVI

La imagen del Santísimo Cristo del Refugio constituye el tesoro espiritual y artístico de esta cofradía. Se trata de una obra anónima del siglo XVI, cuya autoría ha sido objeto de intenso debate entre los estudiosos del arte sacro español. La talla, de extraordinaria calidad y profundo dramatismo, representa a Cristo crucificado en el momento de su muerte, con una expresividad que conmueve a cuantos la contemplan.

Diversos expertos han intentado desentrañar el misterio de su autoría. Algunos lo han atribuido al escultor y arquitecto renacentista Jerónimo Quijano, artista activo en el sureste español durante el siglo XVI. Otros estudiosos, sin embargo, consideran que podría ser obra del maestro italiano Jacobo Florentino (Jacopo Torni, llamado L’Indaco), escultor, pintor y arquitecto florentino que trabajó en Granada y Murcia entre 1520 y 1526.

Si efectivamente la imagen fuera obra de Jacobo Florentino, estaríamos ante una pieza aún más excepcional de lo que tradicionalmente se había considerado. Este artista italiano, discípulo de Ghirlandaio y amigo de Miguel Ángel, fue uno de los primeros introductores del Renacimiento en Andalucía y Murcia. En Granada realizó varios crucificados de profundo patetismo, como el célebre Cristo de San Agustín (1520), y en Murcia dirigió las obras de la sacristía de la Catedral y concluyó el primer cuerpo de la torre catedralicia entre 1522 y 1526, muriendo en Villena ese mismo año.

La posibilidad de que el Cristo del Refugio pudiera ser obra de Florentino cobra especial relevancia en el contexto del V Centenario de la imagen, celebrado en 2022. Si la datación en torno a 1522 fuera correcta, la talla tendría quinientos años de historia, lo que la convertiría en una de las imágenes más antiguas y venerables de la Semana Santa murciana.

La imagen presenta características estilísticas propias del Renacimiento: anatomía cuidada, naturalismo en la representación del cuerpo, expresión de dolor contenido y serenidad en el rostro que contrasta con el dramatismo de la crucifixión. La talla es de tamaño mayor que el natural, lo que aumenta su presencia imponente cuando es sacada en procesión.

Independientemente de su autoría, lo cierto es que el Cristo del Refugio representa una obra maestra de la imaginería renacentista española, testimonio de la fe y el arte de épocas pasadas que ha llegado milagrosamente hasta nuestros días tras sobrevivir a los avatares de la historia, incluida la destrucción sistemática del patrimonio religioso durante la Guerra Civil.

El trono procesional

El trono del Cristo del Refugio constituye una exquisita pieza de orfebrería realizada por el artista valenciano Vicente Segura Valls, quien lo diseñó y ejecutó para su estreno en 1945, apenas dos años después de la primera procesión de la cofradía.

El trono está realizado en latón repujado y bañado en plata, con una ornamentación sobria pero elegante que armoniza perfectamente con el espíritu austero de la hermandad. La pieza incorpora escudos fundidos en bronce que representan a la cofradía, la parroquia de San Lorenzo, la ciudad de Murcia y el obispo Díaz y Gómara, fundador espiritual de la institución.

Las cuatro esquinas con forma achaflanada contienen escudos fundidos en bronce con escenas de la Pasión de Cristo, enriqueciendo iconográficamente la pieza y dotándola de un carácter catequético. Estos relieves narran visualmente los momentos culminantes del sufrimiento redentor del Señor.

El trono del Cristo del Refugio presenta una característica técnica que lo diferencia de la mayoría de los tronos murcianos: descansa sobre patas cuando no está en movimiento, por lo que los portadores del paso son propiamente anderos y no estantes como en las cofradías tradicionales. Los anderos reciben los avisos para las maniobras de carga y marcha mediante el toque de una campana que perteneció a la Cofradía de Jesús el Rico de Málaga, siendo el primer paso de Murcia que utilizó este sistema de señales.

Vicente Segura Valls realizó también para la cofradía la Cruz Guía que abre el cortejo y los catorce faroles artísticos pintados que representan las estaciones del Vía Crucis y que constituyen uno de los elementos más singulares de esta procesión, como veremos más adelante.

Desfile procesional

La Procesión del Silencio constituye una experiencia religiosa y estética de extraordinaria intensidad, completamente diferente a cualquier otra manifestación de la Semana Santa murciana. El cortejo se desarrolla en la noche del Jueves Santo siguiendo un ritual meticulosamente establecido que busca crear las condiciones óptimas para el recogimiento y la contemplación.

Preparativos y salida procesional

La procesión se forma en el interior de la Iglesia de San Lorenzo, que permanece en penumbra, iluminada prácticamente solo por las luces de las velas que portan los cofrades. Este ambiente de semioscuridad crea desde el primer momento una atmósfera de misterio y sacralidad que predispone al recogimiento.

A las 22:00 horas en punto, el Mayordomo Guía da tres golpes con su cetro de campana, señal que indica que comienza la procesión. En ese preciso instante, los tres tambores enfundados que marcharán en cabeza del cortejo empiezan a sonar con su característico toque sordo y apagado. Es entonces cuando se abren las puertas de la iglesia y la procesión sale a las calles de Murcia, sumidas previamente en la más completa oscuridad.

El Ayuntamiento de Murcia colabora apagando el alumbrado público del recorrido procesional, creando una atmósfera única en la que únicamente la luz de los cirios de los nazarenos y de los faroles del Vía Crucis ilumina tenuemente el paso del Cristo. Esta oscuridad deliberada no es meramente estética, sino que busca facilitar la concentración espiritual y eliminar las distracciones visuales, permitiendo que la atención de cofrades y espectadores se centre exclusivamente en el Cristo crucificado.

Composición del cortejo

La procesión del Refugio presenta una estructura sobria pero cargada de simbolismo:

Cruz Guía: Obra de plata de Vicente Segura Valls, abre el cortejo anunciando la llegada del Cristo.

Tambores enfundados: Tres tambores sordos cuyos toques pausados marcan el ritmo lento y solemne de la procesión.

Nazarenos penitentes con faroles del Vía Crucis: Uno de los elementos más singulares y exclusivos de esta procesión. Entre las filas de nazarenos penitentes se intercalan catorce artísticos faroles pintados que representan las estaciones del Vía Crucis. Estos faroles, también obra de Vicente Segura Valls, constituyen una curiosidad única en la Semana Santa de Murcia, añadiendo un componente catequético y visual al cortejo mientras iluminan parcamente el recorrido.

Santísimo Cristo del Refugio: La imagen titular procesiona sobre su trono de plata, portado por 32 anderos que realizan las maniobras coordinadas mediante las señales de campana. El Cristo avanza lentamente entre las tinieblas, iluminado únicamente por los cirios del trono.

Nazarenos penitentes de cola: Cierran el cortejo más nazarenos con sus cirios, seguidos de los tambores finales.

Elemento Descripción
Horario de salida 22:00 horas del Jueves Santo
Punto de partida Iglesia de San Lorenzo (Plaza Cristo del Refugio)
Recorrido aproximado 1,1 kilómetros
Duración total Aproximadamente 2 horas
Número de anderos 32
Número de cofrades Aproximadamente 480
Pasos procesionales Uno (Cristo del Refugio)

Itinerario y momentos destacados

El cortejo parte de la iglesia de San Lorenzo y recorre las principales arterias del centro histórico de Murcia: Alejandro Séiquer, La Merced, Plaza de Santo Domingo, Trapería (la calle comercial más emblemática), Hernández Amores, Nicolás Salzillo, Plaza del Cardenal Belluga (donde se encuentra la Catedral), Apóstoles, Isidoro de la Cierva, Cetina, regresando por Alejandro Séiquer a la iglesia de San Lorenzo.

Sobre las 23:15 horas el Cristo pasa por la Plaza del Cardenal Belluga, momento de especial emotividad cuando la imagen transita frente a la fachada barroca de la Catedral y su torre renacentista, precisamente la torre cuyo primer cuerpo fue construido por Jacobo Florentino. Este encuentro entre dos obras posiblemente del mismo artista, separadas por quinientos años de historia, constituye uno de los momentos más conmovedores del recorrido.

El momento de la recogida

Sin duda, el instante de mayor intensidad emocional de toda la procesión se produce en el regreso a la iglesia de San Lorenzo, alrededor de la medianoche. Cuando el cortejo se aproxima al templo, todos los nazarenos penitentes se detienen a ambos lados de la calle y aguardan arrodillados, con la cabeza inclinada, la llegada del sagrado titular.

El Cristo avanza lentamente entre las dos filas de nazarenos postrados de rodillas en señal de adoración y respeto. El silencio se vuelve aún más profundo, roto únicamente por el roce de las sandalias de los anderos sobre el pavimento y el ocasional crepitar de los cirios. Este momento, de extraordinaria belleza plástica y profunda carga espiritual, resume perfectamente el espíritu de esta cofradía: humildad, adoración y silencio ante el misterio de la cruz.

Finalmente, el Cristo entra en la iglesia y se cierra la puerta del templo, concluyendo la procesión. Los cofrades, manteniendo todavía el voto de silencio, regresan a sus domicilios por las calles oscuras de Murcia, y solo cuando se quitan el capuz en la intimidad de sus hogares finaliza el compromiso del silencio, pudiendo romper entonces el mutismo que han mantenido durante varias horas.

Música sacra y cánticos

Aunque el silencio es la característica fundamental de esta procesión, no se trata de un silencio absoluto. A lo largo del recorrido, diversos grupos corales se sitúan en puntos estratégicos del itinerario, entonando motetes y cantos pasionales que rompen puntualmente el mutismo para elevar plegarias en honor del Crucificado.

Destacan especialmente las intervenciones de los Auroros (agrupaciones tradicionales murcianas de canto religioso popular), el Orfeón Murciano Fernández Caballero y grupos de Cantos de Pasión de Orihuela. Estos cánticos, interpretados a cappella o con acompañamiento muy discreto, crean una atmósfera de gran belleza sonora que complementa perfectamente el ambiente de recogimiento.

La ausencia de bandas de música, tambores continuos u otros acompañamientos sonoros habituales en otras procesiones contribuye decisivamente a la atmósfera única de esta manifestación religiosa, donde lo auditivo queda reducido a lo esencial: el canto sacro y el silencio contemplativo.

Actos de culto durante el año

La actividad de la Cofradía del Santísimo Cristo del Refugio no se limita únicamente a la procesión del Jueves Santo, sino que mantiene una intensa vida devocional y cultural durante todo el año litúrgico. La hermandad organiza diversos actos que fortalecen los vínculos entre sus miembros y fomentan la devoción al Cristo titular.

Entre los cultos anuales destaca la función solemne en honor del Santísimo Cristo del Refugio, que se celebra en fecha próxima a la Semana Santa, congregando a cofrades y devotos en un acto de especial solemnidad. Durante el año se celebran también misas mensuales en la iglesia de San Lorenzo, manteniendo vivo el espíritu de oración y comunidad.

La cofradía edita anualmente la revista «Silencio», publicación que recoge artículos de historia, arte, espiritualidad, testimonio personal de cofrades y reflexiones sobre la Pasión de Cristo. Esta revista, que alcanzó en 2023 su edición número 25, constituye un valioso documento que preserva la memoria histórica de la hermandad y difunde su carisma particular.

En 2022 la cofradía celebró con especial solemnidad el 80º aniversario de su fundación y el V Centenario del Cristo del Refugio, organizando diversos actos conmemorativos, conferencias, exposiciones y publicaciones que profundizaron en el conocimiento de la imagen titular y la historia de la hermandad.

Rasgos distintivos

La Cofradía del Refugio presenta diversas características que la hacen absolutamente singular en el panorama de la Semana Santa murciana y española:

Cofradía de un solo paso: A diferencia de la mayoría de las hermandades murcianas, que procesionan múltiples pasos representando diversas escenas de la Pasión, el Refugio desfila únicamente con su Cristo titular. Esta singularidad, compartida solo con la procesión de la Virgen de la Luz en su Soledad, enfatiza la centralidad absoluta del Cristo crucificado como único foco de atención y devoción.

Participación femenina: El año 2012 marcó un hito en la historia de la cofradía, al ser el primero en el que pudieron desfilar mujeres con la túnica de nazareno. Esta apertura a la participación femenina plena supuso una modernización de la hermandad sin traicionar su espíritu tradicional.

Los faroles del Vía Crucis: Como ya se ha mencionado, la presencia de catorce faroles artísticos pintados representando las estaciones del Vía Crucis constituye una curiosidad única en la Semana Santa de Murcia. Estos faroles, que avanzan entre los nazarenos penitentes, cumplen una triple función: iluminar parcamente el recorrido, recordar catequéticamente el camino de Cristo al Calvario y embellecer estéticamente el cortejo con su luz tenue y dorada.

Sistema de señales por campana: El Refugio fue el primer paso de Murcia que utilizó una campana para comunicar las señales a los anderos, sistema que posteriormente adoptarían otras cofradías. Este método, más discreto que los golpes de vara o estante sobre placas metálicas, armoniza perfectamente con el espíritu silencioso de la hermandad.

Revista «Silencio»: La publicación anual de esta revista, que lleva el nombre del carisma propio de la cofradía, constituye uno de los boletines nazarenos más cuidados y reflexivos de la Semana Santa murciana, abordando temas de espiritualidad, arte e historia con notable profundidad.

Curiosidades de la cofradía

La historia del Cristo del Refugio está repleta de detalles curiosos que enriquecen su conocimiento. Uno de ellos es la participación del ilustre murcianista torregüereño José Alegría, buen conocedor y amante del arte, quien en 1942 donó una cruz nueva de ciprés para la imagen titular, sustituyendo a la antigua cruz deteriorada. Alegría, profundamente conmovido por la historia del Cristo salvador de refugiados, se convirtió además en 1946 en el letrista del Himno del Cristo, con música original del compositor molinense José Sandoval.

Durante la Guerra Civil, la iglesia de San Lorenzo sufrió un saqueo brutal. Los refugiados que habitaban el templo, acuciados por el frío y la necesidad, convirtieron en leña no solo las imágenes religiosas sino también elementos arquitectónicos: «arrojándoles desde abajo enormes cuerdas, forzaron el bello retablo [neoclásico trazado por José Pascual y Valls] y perpetraron su horrenda mutilación», según relatan las crónicas de la época. Sin embargo, el Cristo de la sacristía sobrevivió milagrosamente, permaneciendo olvidado entre los escombros hasta que aquella noche de tormenta lo convirtió en refugio espiritual de los desesperados.

En junio de 1942, antes incluso de la constitución oficial de la cofradía, apareció en el diario murciano La Verdad un reportaje titulado «Prodigiosa conservación del nuevo y antiguo Cristo del Refugio», que daba cuenta del descubrimiento de la imagen y de los planes para fundar una hermandad. El artículo despertó gran interés en la sociedad murciana de la posguerra, ávida de recuperar las tradiciones religiosas interrumpidas por el conflicto.

La contraseña secreta que los cofrades deben conocer para participar en la procesión añade un elemento de misterio casi iniciático a la hermandad. Este sistema, que recuerda a las antiguas órdenes religiosas y confraternidades medievales, garantiza que solo los miembros verdaderamente comprometidos y conocedores del espíritu de la cofradía tomen parte en el cortejo.

El momento de la recogida, con todos los nazarenos arrodillados aguardando el paso del Cristo, ha sido inmortalizado en innumerables fotografías y se ha convertido en una de las estampas más icónicas de la Semana Santa murciana, reproducida en carteles, libros y documentales sobre las tradiciones pasionales de la ciudad.

Orientaciones para el visitante

Murcia es fácilmente accesible tanto en transporte público como privado. El aeropuerto de Murcia-Corvera se encuentra a unos 25 kilómetros de la ciudad, mientras que el aeropuerto de Alicante-Elche está a aproximadamente 70 kilómetros. La ciudad cuenta con estación de AVE, conectando con Madrid, Barcelona y otras grandes urbes españolas.

Para presenciar la Procesión del Silencio del Jueves Santo es fundamental tener en cuenta algunas recomendaciones:

Llegar con tiempo: Aunque la procesión sale a las 22:00 horas, es aconsejable estar en el itinerario con al menos una hora de antelación para encontrar un buen lugar desde donde contemplar el paso del cortejo.

Silencio absoluto: Los espectadores deben guardar un riguroso silencio durante todo el paso de la procesión, respetando el voto de los cofrades y el espíritu de recogimiento. No están permitidos los aplausos, conversaciones, llamadas telefónicas o cualquier tipo de ruido. Incluso el uso de cámaras fotográficas debe hacerse con discreción, desactivando el sonido del disparador.

Vestimenta adecuada: Se recomienda llevar ropa oscura y discreta, evitando colores llamativos que desentonon con el carácter austero del acto. Las noches de Jueves Santo en Murcia suelen ser frescas, por lo que conviene llevar abrigo.

Puntos óptimos de observación: La Plaza del Cardenal Belluga (frente a la Catedral), la calle Trapería y la plaza de Santo Domingo son lugares especialmente recomendables para presenciar el paso del Cristo. La recogida en San Lorenzo, con los nazarenos arrodillados, es el momento de mayor intensidad emocional.

Alojamiento: La Semana Santa es época de máxima ocupación hotelera en Murcia, por lo que es imprescindible reservar con mucha antelación. La ciudad ofrece opciones para todos los presupuestos, desde hoteles de lujo en el casco histórico hasta hostales más económicos.

Gastronomía: Durante el Jueves Santo es tradición degustar platos de vigilia como el potaje de garbanzos con bacalao, los marineros o las típicas torrijas. Las pastelerías murcianas elaboran dulces especiales de Semana Santa que merece la pena probar.

Preguntas habituales

¿Por qué se conoce popularmente como la Procesión del Silencio?

La cofradía recibe este nombre popular por su característica más distintiva: el riguroso silencio que mantienen todos los cofrades desde que se visten en sus domicilios hasta que regresan tras la procesión. Este voto de silencio, junto con la oscuridad de las calles y la ausencia de acompañamiento musical (salvo los tambores y los cánticos corales), crea una atmósfera de profundo recogimiento que diferencia radicalmente a esta procesión de las demás manifestaciones de la Semana Santa murciana.

¿Cuándo fue fundada esta cofradía y por qué motivo?

La Cofradía del Santísimo Cristo del Refugio fue fundada el 15 de noviembre de 1942, tras la Guerra Civil española. Su origen está directamente vinculado al hecho de que la iglesia de San Lorenzo sirvió como refugio para personas evacuadas durante el conflicto, quienes en una noche de tormenta acudieron a implorar protección a un Cristo olvidado en la sacristía. Finalizada la guerra, algunos feligreses decidieron fundar una cofradía bajo la advocación de aquel Cristo protector, al que llamaron del Refugio.

¿Qué hace única a esta procesión dentro de la Semana Santa de Murcia?

La Procesión del Silencio introdujo en 1943 un concepto procesional completamente novedoso en Murcia, basado en la austeridad, el silencio y el recogimiento interior. Frente a las procesiones tradicionales murcianas, coloristas y festivas, el Refugio propuso una vivencia austera de la Pasión, convirtiéndose en la pionera del estilo de silencio que posteriormente adoptarían otras cofradías. Además, desfila con un solo paso, las calles permanecen a oscuras y los nazarenos mantienen voto de silencio desde sus hogares.

¿Quién pudo ser el autor del Cristo del Refugio y qué antigüedad tiene?

El Cristo del Refugio es una obra anónima del siglo XVI. Algunos expertos lo atribuyen a Jerónimo Quijano, mientras que otros consideran que podría ser del maestro italiano Jacobo Florentino, quien trabajó en Murcia entre 1522 y 1526. Si esta última atribución fuera correcta, la imagen tendría quinientos años de antigüedad, lo que la convertiría en una de las tallas más antiguas y valiosas de la Semana Santa murciana. En cualquier caso, se trata de una obra maestra de la imaginería renacentista española.

¿En qué consiste exactamente el voto de silencio de los cofrades?

El voto de silencio de los cofrades del Refugio va mucho más allá del simple mutismo durante la procesión. Los nazarenos deben mantener absoluto silencio desde el momento en que se colocan el escapulario y el capuz en su domicilio, durante todo el trayecto hacia la iglesia, durante la formación del cortejo, a lo largo del recorrido procesional, en el regreso al templo y hasta que llegan a sus casas y se quitan el hábito. Este compromiso puede extenderse varias horas y constituye un verdadero ejercicio de disciplina espiritual.

¿Qué son los faroles del Vía Crucis que desfilan en esta procesión?

Los faroles del Vía Crucis son catorce artísticos faroles pintados, obra del orfebre valenciano Vicente Segura Valls, que representan las estaciones del camino de Cristo al Calvario. Estos faroles, portados por nazarenos penitentes intercalados en el cortejo, constituyen una curiosidad única en la Semana Santa de Murcia. Cumplen una triple función: iluminar tenuemente el recorrido, recordar el itinerario de la Pasión y embellecer estéticamente la procesión con su luz dorada.

¿Por qué las calles permanecen a oscuras durante la procesión?

El Ayuntamiento de Murcia apaga el alumbrado público del itinerario procesional para crear una atmósfera de mayor recogimiento y facilitar la concentración espiritual. Esta oscuridad deliberada elimina distracciones visuales y permite que la atención se centre exclusivamente en el Cristo iluminado por los cirios. La penumbra de las calles, rota únicamente por la luz de las velas, crea una ambientación única que transporta a los participantes y espectadores a una vivencia más intensa de la Pasión.

¿Cómo terminan los nazarenos la procesión en San Lorenzo?

El momento de la recogida en San Lorenzo constituye el instante de mayor intensidad emocional de toda la procesión. Cuando el cortejo se aproxima al templo, todos los nazarenos penitentes se detienen a ambos lados de la calle y aguardan arrodillados, con la cabeza inclinada, la llegada del Cristo. La imagen avanza lentamente entre las dos filas de nazarenos postrados en tierra en señal de adoración. Este momento, de extraordinaria belleza y carga espiritual, es una de las estampas más conmovedoras de la Semana Santa murciana.

¿Pueden participar mujeres en esta procesión?

Sí, desde el año 2012 las mujeres pueden desfilar con la túnica de nazareno en la Procesión del Silencio, en igualdad de condiciones con los hombres. Esta apertura a la participación femenina plena supuso una modernización importante de la cofradía, manteniendo al mismo tiempo todas las tradiciones y el espíritu de recogimiento que la caracterizan. Actualmente numerosas mujeres forman parte activa de la hermandad.

¿Qué diferencia hay entre esta procesión y otras de silencio en Murcia?

La Cofradía del Refugio es la decana y pionera del estilo de silencio en Murcia, fundada en 1942. Aunque posteriormente surgieron otras cofradías que adoptaron elementos de este estilo (Rescate, Salud, Yacente, Fe), cada una tiene sus particularidades. El Refugio mantiene las características más austeras: un solo paso, voto de silencio radical desde los domicilios, calles completamente a oscuras, túnica negra con antifaz morado sin distinciones de rango, y los exclusivos faroles del Vía Crucis. Su antigüedad y rigor la convierten en el referente del estilo silencioso murciano.

Enlaces de interés

  • Cofradía del Santísimo Cristo del Refugiowww.cristodelrefugio.es – Sitio web oficial de la hermandad
  • Ayuntamiento de Murciawww.murcia.es – Información oficial sobre Semana Santa y eventos
  • Turismo de Murciawww.turismodemurcia.es – Guía práctica para visitantes
  • Región de Murcia Turísticawww.murciaturistica.es – Portal oficial de turismo regional
  • Iglesia de San Lorenzo – Información sobre el templo sede de la cofradía
  • Diócesis de Cartagena – Portal de la diócesis que engloba la Región de Murcia

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