Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia

La Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia, conocida popularmente como Los Pavos por el color granate de sus túnicas, es una de las hermandades más jóvenes de la Semana Santa murciana, fundada en 1949, pero custodia uno de los crucificados más antiguos y valiosos de la ciudad: un excepcional Cristo renacentista del siglo XVI obra del escultor jesuita Domingo Beltrán. Su procesión del Viernes Santo por la tarde se ha convertido en una cita imprescindible para devotos y visitantes, destacando por su estilo tradicional murciano y por contar con obras escultóricas de gran calidad que abarcan desde el Renacimiento hasta el siglo XXI.

Cristo de la Misericordia, titular de la Cofradía de la Misericordia de Murcia
Cristo de la Misericordia, titular de la Cofradía de la Misericordia (Murcia). Obra de Domingo Beltrán (s. XVI). Foto: Gregorico, Wikimedia Commons (GFDL y CC BY-SA 3.0).

A pesar de su juventud relativa, esta cofradía ha sabido consolidarse como una de las instituciones más queridas de Murcia gracias a su vinculación con la antigua Casa de Misericordia, su patrimonio artístico excepcional y el fervor devocional que despierta su Cristo titular. La hermandad desfila con cuatro pasos procesionales que narran episodios clave de la Pasión, desde el camino al Calvario hasta el descendimiento de la Cruz, ofreciendo a los espectadores un recorrido emotivo y artísticamente sobresaliente por los momentos más dolorosos de la redención.

Contenido

Fundación y trayectoria

La historia de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia comienza en el año 1949, cuando un grupo de funcionarios de la antigua Diputación Provincial de Murcia, adscritos en su mayoría a la Casa de Misericordia (entonces denominada Casa de José Antonio), decidieron crear una hermandad en torno a un magnifico crucificado renacentista que se guardaba en el antiguo Colegio de San Esteban, donde estaba instalada dicha institución benéfica. La primera reunión fundacional tuvo lugar el 19 de abril de 1949, dando así inicio a una nueva cofradía que adoptó la lógica advocación de la Misericordia, en consonancia tanto con la obra del Cristo como con el carácter caritativo del edificio que lo albergaba.

El principal impulsor de esta iniciativa fue don Julián Tudela Martínez, administrador de la Casa de José Antonio, quien se convirtió en el primer Hermano Mayor de la nueva institución. Le acompañaron en esta empresa ilustres murcianos como Carlos Valcárcel Mavor, segundo administrador de la Casa y cronista oficial de Murcia, que ocupó el cargo de secretario de la primera Junta de Gobierno. La fundación de esta cofradía respondía al deseo de estos funcionarios, testigos diarios de la labor asistencial de la Casa de Misericordia, de rendir culto a aquella impresionante imagen de Cristo que permanecía relativamente olvidada en el antiguo templo jesuítico.

El descubrimiento del verdadero valor artístico del Cristo se produjo con motivo de unas obras de restauración realizadas en la iglesia de San Esteban, cuando por primera vez se pudo admirar la impresionante calidad de aquel crucificado al que nunca se había prestado especial atención, y cuyo excepcional estado de conservación sorprendió gratamente a todos. La talla, de pátina marfileña y sin advocación concreta hasta entonces, era obra del jesuita Domingo Beltrán de Otazu, uno de los escultores renacentistas más importantes que trabajaron en España en el siglo XVI.

Una vez obtenida la autorización de la Diputación Provincial, titular de la propiedad de la Casa José Antonio y del templo de San Esteban, para hacer uso del edificio, de la imagen del Santísimo Cristo y del taller de carpintería donde se construiría el trono, se solicitó del obispado la aprobación canónica de la hermandad. El obispo de la diócesis, don Ramón Sanahuja y Marcé, concedió dicha aprobación con la condición de que la nueva cofradía procesionara integrada en la antigua procesión del Santo Entierro. Así, desde 1950, la hermandad comenzó a realizar su estación de penitencia en la tarde del Viernes Santo.

En estos primeros años, en la tarde del Martes Santo tenía lugar el traslado del Cristo desde San Esteban hasta la iglesia de San Bartolomé, sede del Santo Sepulcro, donde permanecía hasta la procesión del Viernes Santo. Durante el cortejo, los niños de la Casa José Antonio acompañaban al Cristo cantando un miserere, aportando una nota especialmente conmovedora al desfile. Para regular la presencia de la nueva hermandad en la procesión del Santo Entierro se firmaron unos Estatutos de Relación entre ambas cofradías, que establecían que la procesión de la Misericordia abriría la marcha del Santo Entierro.

El año 1975, coincidiendo con el 25 aniversario de la primera salida procesional, marcó un hito importante en la evolución de la cofradía. A partir de entonces comenzó a desfilar de forma independiente desde su nueva sede en la iglesia de San Miguel Arcángel, si bien continúa marchando delante de la procesión del Santo Sepulcro por el mismo itinerario y separada de ésta por unos metros, manteniendo así el vínculo histórico con la hermandad más antigua de la Semana Santa murciana mientras consolidaba su propia identidad institucional.

A lo largo de las décadas siguientes, la cofradía ha ido enriqueciendo su patrimonio procesional con nuevas imágenes de gran calidad. En 2001 incorporó el magnífico grupo escultórico del Descendimiento, obra maestra del imaginero murciano José Hernández Navarro. Más recientemente, en 2012, se creó la hermandad del Jesús Nazareno del Bailío, incorporando al cortejo procesional esta bella imagen dieciochesca de Roque López que hasta entonces sólo procesionaba en el Vía Crucis de Cuaresma. Con estas adiciones, la cofradía cuenta ahora con cuatro pasos que ofrecen un recorrido artístico e iconográfico de extraordinaria riqueza.

En 2024, la cofradía celebró su 75 aniversario con diversos actos conmemorativos, incluyendo la presentación de un cartel realizado por el artista Francisco Rovira y el estreno de la marcha para banda de música «Dives in Misericordia», compuesta por Alejandro Blanco Hernández especialmente para la efeméride.

Iglesia sede y contacto

La sede canónica de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia se encuentra en la Iglesia de San Miguel Esteban, uno de los templos barrocos más importantes del centro histórico de Murcia, situado en la Calle San Miguel, número 1. Este magnífico edificio, construido entre 1691 y 1712, alberga un excepcional patrimonio artístico que incluye el retablo mayor realizado por Jacinto Perales y Francisco Salzillo en 1731, considerado uno de los mejores ejemplos del barroco murciano, así como numerosas esculturas de la familia Salzillo que convierten al templo en un verdadero museo del arte sacro regional.

Vestimenta y distintivos cofrades

Los nazarenos de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia visten una túnica de terciopelo negro con capuz de raso granate y fajín del mismo color granate. El escudo de la institución, que adopta la cruz central del emblema del Santo Sepulcro prescindiendo de las cuatro cruces menores, va bordado en el antifaz. Los guantes son blancos, completando un atuendo de gran sobriedad y elegancia que resulta perfectamente reconocible en el panorama de la Semana Santa murciana.

El característico color granate oscuro del capuz y el fajín, que simboliza la caridad y la misericordia, ha dado origen al apodo popular de «Los Pavos» con el que se conoce cariñosamente a esta cofradía. La elección cromática no fue casual: en el momento de la fundación se pensó inicialmente en una túnica negra y azul, combinando el negro del Santo Entierro (procesión en la que se integraban) con el azul institucional de la Diputación Provincial; sin embargo, finalmente se optó por respetar el negro del luto y sustituir el azul por el granate de la caridad y la misericordia, una decisión estética que ha dotado a la hermandad de una identidad visual muy potente.

Una particularidad de esta cofradía, pese a pertenecer al estilo tradicional murciano, es que sus mayordomos visten con la cara tapada, a diferencia de otras hermandades tradicionales donde los mayordomos desfilan con el rostro descubierto. Esta característica la comparte únicamente con algunas otras cofradías murcianas y añade un elemento de uniformidad visual al cortejo procesional.

La cofradía está integrada por 167 nazarenos penitentes, 160 estantes que portan los pasos a hombros, 67 damas del Santísimo Cristo de la Misericordia (conocidas popularmente como «Manolas»), 36 mayordomos y 89 cofrades, sumando un total de casi quinientos miembros activos que participan de diversas formas en la vida y actividades de la hermandad.

Patrimonio escultórico y pasos

La Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia custodia y procesiona cuatro pasos de extraordinario valor artístico que abarcan un amplísimo periodo cronológico, desde el Renacimiento del siglo XVI hasta el arte contemporáneo del XXI, pasando por el Neoclasicismo dieciochesco. Este conjunto ofrece al espectador una excepcional lección de historia del arte sacro español y un recorrido emocionalmente intenso por los episodios más dolorosos de la Pasión de Cristo.

Jesús Nazareno del Bailío (Roque López, 1797) es el primer paso que abre la procesión desde su incorporación en 2012. Esta bella imagen fue encargada al escultor murciano Roque López, discípulo destacado de Francisco Salzillo y continuador del estilo salzillesco, por el Bailío Francisco González de Avellaneda, señor de Benavente y último Bailío de Lora de la Orden Soberana de Malta, quien también fue un gran benefactor de la Cofradía de Jesús y mecenas de numerosas obras artísticas murcianas. Por este motivo la imagen también se conoce como «el Nazareno del Bailío».

La talla representa a Jesús camino del Calvario con la cruz a cuestas, momento de profundo significado devocional en la tradición cristiana. La imagen, de gran belleza y delicadeza, pertenece a la Iglesia de San Miguel Arcángel, donde permanece expuesta al culto en uno de sus ábsides durante todo el año. Hasta 2012, esta imagen solo procesionaba en el Vía Crucis que la cofradía celebra desde 1949 a las cero horas del primer Viernes de Cuaresma por las calles cercanas a la Parroquia de San Miguel. La decisión de incorporarla al cortejo procesional del Viernes Santo enriqueció notablemente el patrimonio de la hermandad.

Una singularidad absolutamente única de este paso es que es el único nazareno de la ciudad de Murcia en el que los estantes no marcan el paso al portarlo. Esta característica, que lo diferencia de todos los demás pasos de nazareno de la Semana Santa murciana, responde al deseo de mantener el estilo tradicional de portar los tronos con naturalidad, sin seguir un ritmo marcado de marcha, tal como se hacía antiguamente y como aún hoy se conserva en algunas cofradías tradicionales.

Santísimo Cristo de la Misericordia (Domingo Beltrán, 1581) es la imagen titular de la cofradía y una de las obras de mayor valor artístico de toda la Semana Santa de Murcia, además de uno de los crucificados más antiguos de la ciudad. Se trata de una magnífica escultura renacentista realizada por el hermano jesuita Domingo Beltrán de Otazu, vitoriano de nacimiento (1535) que ingresó en la Compañía de Jesús en 1561 cuando ya era un reconocido artista.

Beltrán está considerado uno de los mejores escultores que trabajaron en Castilla en la segunda mitad del siglo XVI y el primero de los escultores clasicistas murcianos. Formado en Italia, donde viajó expresamente para perfeccionar su arte conociendo las obras del Renacimiento italiano y especialmente la influencia de Miguel Ángel, desarrolló un estilo puro y delicado de clara connotación italianizante. Su presencia en Murcia está documentada durante dos períodos distintos: 1570-1576 y 1581-1584, periodos en los que trabajó para el Colegio de San Esteban de la Compañía de Jesús, realizando para la iglesia jesuítica un impresionante retablo renacentista y diversas esculturas, entre ellas este Cristo de la Misericordia.

La obra muestra a Cristo crucificado con cuatro clavos, en actitud de muerte serena pero expresiva. La cabeza está delicadamente trabajada en todos sus detalles, con la corona de espinas superpuesta e inclinada hacia la derecha. Tanto el tronco como los brazos y piernas están tallados con una minuciosidad sorprendente que alcanza su máxima expresión en los dedos. La figura transmite una solemnidad y grandeza que anticipa los grandes Crucificados del Barroco español, aunque mantiene la contención y el equilibrio propios del arte renacentista.

Un detalle curioso es que la imagen posee un paño de pureza tallado que deja totalmente al descubierto la cadera de Cristo, aunque habitualmente procesiona con un paño textil que lo cubre por decoro. El crucificado milagrosamente se salvó del abandono y el deterioro gracias al descubrimiento de su calidad artística en 1949, lo que dio origen a la fundación de la cofradía. Desde entonces, cada Viernes Santo sale en procesión montado sobre un trono diseñado por José Marcos Jiménez en 1949. El peso aproximado del paso es de unos 900 kilos y es portado por 36 nazarenos estantes. Desde su primera salida procesional, el Cristo viene siendo escoltado por la Guardia Civil, tradición que se mantiene ininterrumpidamente hasta la actualidad.

Sagrado Descendimiento de Nuestro Señor Jesucristo (José Hernández Navarro, 2001) es el tercer paso del cortejo y está considerado como una de las obras maestras del imaginero murciano contemporáneo. El propio escultor ha reconocido públicamente que El Descendimiento es su trabajo más logrado, la culminación de su madurez artística y técnica. El paso fue encargado por la cofradía en el año 2001 para conmemorar el 50 aniversario de su primera salida procesional, y desde su estreno ha causado admiración tanto por su calidad escultórica como por su originalidad compositiva.

El grupo escultórico representa el momento en que Cristo es descendido de la cruz tras su muerte, episodio narrado por los evangelistas y de profundo simbolismo en la tradición cristiana. La escena está compuesta por cinco figuras de tamaño natural: Nicodemo, subido a una escalera y abrazando el cuerpo muerto de Jesús para descenderlo; José de Arimatea, ayudándole desde el suelo; San Juan Evangelista, el discípulo amado; y la Virgen María, contemplando el cuerpo sin vida de su Hijo con una expresión de dolor contenido y sereno.

Hernández Navarro resolvió magistralmente el reto compositivo de este tema iconográfico tan complejo. A diferencia de otras representaciones tradicionales del Descendimiento que utilizan cuerdas, sábanas o mecanismos para bajar el cuerpo, el escultor murciano concibió una escena en la que las figuras realizan la acción mediante posturas naturales y congruentes, sin artificios ni elementos auxiliares. Nicodemo abraza directamente el cuerpo de Cristo mientras José de Arimatea lo sostiene desde abajo, creando una composición de gran fuerza visual y emotiva verosimilitud.

La demostración más evidente de la maestría técnica del escultor reside en que todas las figuras fueron talladas íntegras del bloque de madera, sin piezas añadidas ni postizos, lo cual en una obra con tantos recovecos, concavidades, sinuosidades y rehundidos supone una dificultad máxima para poder trabajar muchos de los rincones. Las tallas están realizadas en madera de pino de Flandes y policromadas al óleo, destacando especialmente los paños y el tratamiento naturalista de las anatomías. El peso total del conjunto es de aproximadamente 1.500 kilos y es portado por 38 nazarenos estantes.

El paso de El Descendimiento constituye además un perfecto ejemplo del estilo maduro de José Hernández Navarro, caracterizado por la búsqueda de la serenidad, el equilibrio compositivo, la belleza armónica y la unción devocional de las imágenes. Su obra, situada entre la tradición salzillesca murciana y la innovación técnica contemporánea, confirma a este escultor como el más importante imaginero murciano de las últimas cuatro décadas.

Nuestra Señora Madre de Misericordia (José Sánchez Lozano, 1922) cierra el cortejo procesional. Esta imagen de vestir fue realizada por el escultor murciano José Sánchez Lozano al comienzo de su carrera artística, siguiendo fielmente los cánones de la «escuela salzillesca» o estilo murciano que dominaría toda su producción posterior. La Virgen, de gran belleza, está tallada en madera policromada y representa a María en su advocación de Madre de Misericordia, protectora de los necesitados y refugio de los pecadores.

La imagen procesiona sobre un magnífico trono obra de Juan Lorente, realizado en 1991, que es el único de la cofradía en el que los estantes marcan el paso al portarlo, a diferencia de los otros tres que se llevan al estilo tradicional murciano sin ritmo marcado. Desde 2014, acompañan a la Virgen dos ángeles obra del escultor José María Molina Palazón, siguiendo la composición típica murciana de las imágenes marianas flanqueadas por seres angélicos. El peso aproximado del paso es de 1.050 kilos y es portado por 36 nazarenos estantes.

Procesión del Viernes Santo

La procesión de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia tiene lugar en la tarde del Viernes Santo, con salida a las 18:30 horas desde la iglesia desacralizada de San Esteban, hoy importante sala de exposiciones de la ciudad, aledaña al Palacio de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. El cortejo está compuesto por las cuatro hermandades correspondientes a los cuatro pasos procesionales, además de los nazarenos penitentes, mayordomos, las damas del Cristo (conocidas como «Manolas») y demás miembros de la institución, sumando en total casi quinientos participantes.

El itinerario tradicional discurre por algunas de las arterias más emblemáticas del casco histórico murciano. La procesión parte de San Esteban y recorre las calles de Acisclo Díaz, Maestro Alonso, Santa Clara, plaza de Santo Domingo, Trapería, plaza Hernández Amores, Nicolás Salzillo y plaza del Cardenal Belluga, donde pasa frente a la Catedral y el Palacio Episcopal. Continúa por el Arenal, Glorieta de España, Tomás Maestre, plaza Martínez Tornel, Jara Carrillo y plaza de San Pedro, para luego seguir por Riquelme, San Benito, Magdalena, Santa Teresa y Lorenzo Pausa, regresando finalmente por Acisclo Díaz hasta San Esteban.

Como ya se ha mencionado, la procesión de la Misericordia precede a la del Santo Entierro, manteniendo el mismo itinerario pero separadas por unos metros. Esta disposición, heredada de los orígenes de la cofradía cuando formaba parte integrante del Santo Sepulcro, crea un momento procesional especialmente intenso y emotivo en la tarde del Viernes Santo, con dos de las hermandades más antiguas y venerables de la ciudad compartiendo calles y devoción en la jornada más solemne de la Semana Santa cristiana.

El desfile se caracteriza por su estilo tradicional murciano, con los pasos portados a hombros sin marcar el paso (excepto el de la Virgen), los nazarenos penitentes cargando cruces, y un ambiente de profundo recogimiento y devoción que contrasta con el bullicio de otras procesiones. La imagen del Cristo de la Misericordia, escoltada por la Guardia Civil con sus uniformes de gala, constituye uno de los momentos más solemnes y admirados de toda la Semana Santa murciana, tanto por el valor artístico e histórico de la escultura como por la emoción que transmite su serena majestad renacentista.

Actividades a lo largo del año

Además de su procesión del Viernes Santo, la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia desarrolla a lo largo del año un calendario de actividades litúrgicas y formativas que mantienen viva la devoción al Cristo titular y fortalecen los vínculos de hermandad entre sus miembros. Estos actos permiten a los cofrades y devotos participar de la vida espiritual de la institución más allá de la intensidad de la Semana Santa.

Desde la fundación de la cofradía en 1949, cada año se celebra a las cero horas del primer Viernes de Cuaresma un solemne Vía Crucis por las calles cercanas a la Parroquia de San Miguel. Este acto, de gran tradición y fervor, reúne a numerosos fieles que acompañan al Jesús Nazareno del Bailío en un recorrido penitencial meditando las catorce estaciones del camino de Cristo al Calvario. La nocturnidad del acto, en las primeras horas de la madrugada del viernes, confiere al Vía Crucis un carácter de especial recogimiento e intimidad devocional.

En los días previos a la Semana Santa se celebra un Triduo en honor al Santísimo Cristo de la Misericordia en la iglesia de San Miguel Arcángel. Durante tres días consecutivos tienen lugar solemnes funciones religiosas con predicación, cánticos y adoración al Cristo titular, preparando espiritualmente a los cofrades y devotos para la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. El triduo culmina habitualmente con la presentación de los actos y novedades que la cofradía tiene previsto realizar durante la Semana Santa.

También se celebran ejercicios espirituales y besapié al Cristo de la Misericordia, permitiendo a los fieles venerar de cerca la imagen renacentista y renovar su compromiso devocional. Estas actividades espirituales se complementan con reuniones de las distintas hermandades, juntas de gobierno, actos formativos y encuentros de convivencia que fortalecen el sentido de comunidad y pertenencia a la institución.

Durante el año, los miembros de la cofradía también participan en actos organizados por el Cabildo Superior de Cofradías de Murcia, entidad que agrupa y coordina a todas las hermandades pasionales de la ciudad, permitiendo el intercambio de experiencias y el fortalecimiento de los lazos entre las distintas instituciones de la Semana Santa murciana.

Rasgos distintivos

La Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia presenta varias características únicas que la diferencian de otras hermandades murcianas y la convierten en una institución de singular personalidad dentro del panorama de la Semana Santa local y nacional.

Su origen social es especialmente significativo. A diferencia de la mayoría de cofradías murcianas, que surgieron en torno a gremios profesionales, parroquias o instituciones religiosas, la Misericordia nació del impulso de un grupo de funcionarios públicos vinculados a la labor asistencial de la Casa de Misericordia. Esta génesis la vincula directamente con los valores de la caridad, el auxilio a los necesitados y la misericordia cristiana, valores que han marcado el carácter y la espiritualidad de la hermandad desde sus orígenes.

El Cristo titular constituye una verdadera joya del patrimonio artístico murciano. Con más de cuatro siglos de antigüedad, es uno de los crucificados renacentistas mejor conservados de toda España y una de las pocas obras que se conservan del jesuita Domingo Beltrán, escultor que llegó a ser tan reconocido en su época que el propio rey Felipe II quiso llevarlo a trabajar para el monasterio de El Escorial, deseo que finalmente no pudo cumplirse. La historia de su «descubrimiento» en 1949, cuando las obras en San Esteban revelaron su excepcional calidad artística, añade un elemento casi providencial a la fundación de la cofradía.

La escolta de la Guardia Civil al Cristo de la Misericordia desde su primera salida procesional en 1950 constituye otra tradición única y distintiva. Esta escolta, que se mantiene ininterrumpidamente desde hace más de setenta años, refleja el respeto institucional hacia una imagen de extraordinario valor histórico y artístico, y añade un elemento de solemnidad cívica al profundo significado religioso del momento procesional.

El Jesús Nazareno del Bailío ostenta el récord de ser el único de la ciudad que los estantes portan sin marcar el paso, característica absolutamente singular en toda la Semana Santa murciana que subraya el compromiso de la cofradía con la preservación del estilo tradicional de llevar los pasos.

El grupo escultórico del Descendimiento representa la aportación contemporánea de mayor calidad artística incorporada a la Semana Santa murciana en las últimas décadas. José Hernández Navarro, considerado el imaginero más importante de la Región de Murcia en el período 1980-2020, realizó para la Misericordia lo que él mismo considera su obra maestra, un conjunto escultórico que combina virtuosismo técnico, originalidad compositiva y honda emotividad devocional.

Finalmente, el apodo popular «Los Pavos» merece también una mención especial. Este cariñoso sobrenombre, derivado del color granate de las túnicas que recuerda al plumaje de estos animales, demuestra cómo las cofradías murcianas son conocidas tanto por sus denominaciones oficiales como por los motes familiares con los que el pueblo las identifica, reflejando el arraigo popular y la cercanía emocional que los murcianos sienten hacia sus hermandades.

Guía práctica para visitantes

Alojamiento: Murcia capital ofrece una variada oferta hotelera para todos los presupuestos. Durante la Semana Santa es aconsejable reservar con antelación. Los hoteles del centro histórico, especialmente en las zonas de Gran Vía, Catedral y Plaza de Santo Domingo, permiten acceder cómodamente a pie al recorrido procesional.

Transporte: El centro de Murcia es perfectamente accesible a pie. Desde la estación de autobuses o ferrocarril se puede llegar en transporte público o taxi. Durante el Viernes Santo, las calles del centro están cortadas al tráfico, por lo que se recomienda utilizar transporte público o caminar desde el alojamiento.

Vestimenta: En la tarde del Viernes Santo las temperaturas primaverales suelen ser agradables, aunque puede refrescar al caer la noche. Se recomienda ropa cómoda y respetuosa con el carácter religioso del evento, calzado adecuado para estar de pie durante horas y protección solar si se permanece en zonas sin sombra.

Gastronomía: La Semana Santa murciana tiene especialidades gastronómicas propias como las monas de Pascua, torrijas, paparajotes y buñuelos. Los restaurantes y bares del casco antiguo ofrecen cocina tradicional murciana con platos como el zarangollo, pastel de carne, michirones y arroz caldero. Es recomendable reservar con antelación durante estos días.

Dónde situarse para ver la procesión: Los mejores lugares son la Plaza del Cardenal Belluga frente a la Catedral, la calle Trapería, la Plaza de Santo Domingo y el entorno de San Esteban en la salida. Para conseguir buen sitio en las zonas más concurridas conviene llegar con antelación.

Visitas culturales complementarias: Antes o después de la procesión, merece la pena visitar la Iglesia de San Miguel para admirar su retablo barroco y las esculturas de la familia Salzillo, así como el Museo Salzillo donde se exponen los pasos de la Cofradía de Jesús. El Palacio de San Esteban, aunque no visitable al ser sede institucional, permite contemplar su impresionante fachada renacentista.

Preguntas frecuentes

¿Por qué se conoce como «Los Pavos»?

El apodo popular de «Los Pavos» proviene del característico color granate oscuro del capuz y el fajín de las túnicas, que recuerda al plumaje de estos animales. Este tono granate fue elegido por simbolizar la caridad y la misericordia, valores fundacionales de la hermandad vinculados a su origen en la Casa de Misericordia.

¿Cuándo se fundó esta cofradía?

La cofradía se fundó el 19 de abril de 1949 por iniciativa de un grupo de funcionarios de la Diputación Provincial de Murcia adscritos a la Casa de Misericordia. Su primera procesión tuvo lugar el Viernes Santo de 1950, aunque en sus primeros 25 años desfiló integrada en la procesión del Santo Entierro, adquiriendo independencia procesional en 1975.

¿Quién fue Domingo Beltrán y por qué su Cristo es tan valioso?

Domingo Beltrán de Otazu fue un escultor jesuita vitoriano (1535-1590) considerado uno de los mejores artistas del Renacimiento español. Formado en Italia, desarrolló un estilo clasicista de gran pureza y delicadeza. Su Cristo de la Misericordia, tallado en 1581, es una de sus obras maestras y uno de los crucificados renacentistas mejor conservados de España, con un valor artístico e histórico excepcional.

¿Por qué la procesión sale de San Esteban y no de San Miguel?

Aunque la sede canónica de la cofradía está en la iglesia de San Miguel Arcángel desde 1975, la procesión sale del Palacio de San Esteban por motivos prácticos: la puerta de San Miguel es demasiado pequeña para permitir el paso de los tronos procesionales. Además, San Esteban fue el lugar de origen de la cofradía, donde se custodiaba el Cristo de la Misericordia en la antigua Casa homónima, por lo que mantener la salida desde allí preserva la memoria histórica de la institución.

¿Qué significa que el Nazareno del Bailío es el único que no marca el paso?

En la Semana Santa de Murcia, tradicionalmente los pasos de nazarenos (imágenes de Jesús con la cruz a cuestas) se portan marcando el paso, es decir, los estantes avanzan siguiendo un ritmo sincronizado de marcha. El Nazareno del Bailío de la Misericordia es la única excepción en toda la ciudad: sus estantes lo llevan sin marcar el paso, con movimiento natural y libre, al estilo tradicional antiguo que ya solo conservan muy pocas hermandades.

¿Quién es José Hernández Navarro y cuál es su obra maestra?

José Hernández Navarro es el imaginero murciano más importante de las últimas cuatro décadas. Nacido en Los Ramos en 1954, ha realizado decenas de obras para cofradías de Murcia, Cartagena y otras ciudades españolas. Él mismo considera que su obra maestra es el Descendimiento que realizó para la Cofradía de la Misericordia en 2001, un grupo escultórico de cinco figuras talladas íntegramente del bloque de madera que representa la culminación de su madurez artística.

¿Por qué la Guardia Civil escolta al Cristo de la Misericordia?

Desde la primera salida procesional en 1950, la Guardia Civil ha venido escoltando con sus uniformes de gala al Cristo de la Misericordia como muestra de respeto institucional hacia una imagen de excepcional valor histórico y artístico. Esta tradición, mantenida ininterrumpidamente durante más de setenta años, se ha convertido en uno de los elementos más característicos de la procesión.

¿Cuántas personas participan en la procesión?

La cofradía cuenta con casi quinientos miembros activos: 167 nazarenos penitentes, 160 estantes que portan los pasos, 67 damas del Cristo (las «Manolas»), 36 mayordomos y 89 cofrades. Todos ellos participan de alguna forma en la procesión del Viernes Santo o en las actividades de la hermandad a lo largo del año.

¿A qué hora sale la procesión y cuánto dura?

La procesión sale a las 18:30 horas de la tarde del Viernes Santo desde San Esteban. El recorrido por las principales calles del centro histórico tiene una duración aproximada de tres a cuatro horas, dependiendo de las condiciones meteorológicas y la afluencia de público. El cortejo discurre por delante de la procesión del Santo Entierro, manteniendo unos metros de separación entre ambas.

¿Se puede visitar el Cristo de la Misericordia fuera de la Semana Santa?

Sí, el Cristo de la Misericordia se encuentra expuesto al culto durante todo el año en la Iglesia de San Miguel Arcángel, en el crucero izquierdo de la nave. El templo está abierto diariamente y la visita permite admirar no solo el crucificado renacentista sino también el magnífico retablo barroco y las numerosas esculturas de la familia Salzillo que alberga este importante templo murciano.

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